Sin duda, el ámbito del comercio internacional es fascinante y complejo al mismo tiempo. Las empresas que exportan e importan productos deben estar familiarizadas con todos los procesos implícitos en el transporte de mercancías desde y hacia el exterior. E incluso, manejar la terminología empleada en este sector. Precisamente, uno de los términos que deben conocer y que tienen que ver con las responsabilidades del vendedor y del importador en el traslado de la mercancía, es el de coste y flete (CFR). Sigue leyendo para entender de qué trata esta expresión, cuál es su alcance y cuáles son sus ventajas y desventajas.
Flete, un término básico para comprender qué es coste y flete
Antes de definir lo que se denomina coste y flete, es pertinente recordar lo que se conoce por flete en el ámbito del transporte. Dicho término sirve para referirnos al coste que debe pagarse por desplazar una carga desde el origen hasta su destino. Igualmente, podemos denominar como flete el importe a pagar por el alquiler de un medio de transporte para llevar productos de un sitio a otro o lo que cobra el transportista por sus servicios.
En este sentido, la cuantía total del flete suele calcularse mediante los siguientes criterios:
- Peso, utilizando como base de cálculo la tonelada métrica.
- Volumen. En este caso, se emplea el metro cúbico (m³) para el cálculo. Suele utilizarse para mercancías que ocupan grandes espacios aunque no sean necesariamente muy pesadas. El volumen total es el resultado de multiplicar longitud x ancho x profundidad.
- Por unidad, que puede determinarse por unidad de contenedor.
- Valor de carga. Como su nombre lo indica, dependerá del precio de la mercancía y normalmente aplica a cargas de alto coste. Esto obliga al transportista a tomar las precauciones requeridas para evitar el deterioro de los bienes.
Por supuesto, la distancia a recorrer entre el origen y el destino también es un factor que influye en el precio del flete.
Entonces, ¿qué es coste y flete?
Para entender el concepto que nos ocupa es necesario aclarar que la Cámara de Comercio Internacional (CCI) establece y actualiza cada 10 años una serie de reglas que rigen los contratos de compraventa entre exportadores e importadores. Estas reglas son conocidas como Incoterms, que vendría a ser una abreviatura de international commercial terms o términos internacionales de comercio.
Entre estos Incoterms, encontramos los del grupo C:
- CFR: Cost and freight o coste y flete, el que explicaremos aquí.
- CIF: Cost, insurance and freight o coste, seguro y flete, que, al igual que el anterior, es de uso exclusivo en el transporte marítimo.
- CPT: Carriage paid to o Transporte pagado hasta…
- CIP: Carriage and insurance paid to o Transporte y seguro pagados hasta….
Estos dos últimos aplican a cualquier tipo de transporte (terrestre, marítimo y aéreo).
En concreto, cuando el vendedor y el comprador acuerdan la opción de coste y flete, el vendedor asume los costes de envío -incluyendo el flete– requeridos para transportar la mercancía desde el puerto de origen hasta el de destino. Posteriormente, el coste de la descarga del buque en el destino corre por cuenta del comprador. No obstante, pese al pago del transporte por parte del vendedor, la transmisión del riesgo al comprador ocurre una vez estibada la carga dentro del buque. Es decir, cuando ya está despachada para la exportación.
En síntesis, la compraventa de mercancías a coste y flete implica la responsabilidad del vendedor en la entrega y carga de los bienes a un buque. Igualmente, el vendedor debe tramitar la documentación aduanera de exportación y las licencias de exportación requeridas. Más aún, asumirá la responsabilidad en caso de cualquier inspección. Pero no tendrá a su cargo la contratación de un seguro de envío para dicha carga.
Alcances del coste y flete
Como dijimos, bajo un acuerdo de coste y flete el vendedor corre con buena parte de los costes de transporte de la mercancía. Sin embargo, es aconsejable establecer en el contrato las cláusulas relacionadas con la carga y descarga empleando los términos correctos de embarque del transporte marítimo. Al respecto, es recomendable contratar el flete en condiciones LIFO (Liner in, free out). En pocas palabras, esta cláusula especifica la cobertura de costes de las operaciones de carga/descarga y estiba de la mercancía en buque en el puerto de origen. De la misma forma, esta modalidad asigna al comprador (o a su agente marítimo o consignatario) el pago de la desestiba y descarga en el puerto de destino.
Aun así, el acuerdo de coste y flete no necesariamente debe limitarse a las condiciones ya planteadas. Por ejemplo, comprador y vendedor podrían definir que el segundo también abone el pago de las operaciones de descarga en el puerto de destino. A los efectos, es indispensable indicar en el contrato la condición CFR landed (desembarque), aparte de acordar con la naviera dicha operación de descarga.
Otro aspecto relevante del Incoterm CFR es que el mismo indica que la empresa vendedora debe suministrar a la compradora el conocimiento de embarque que le permita retirar la mercancía en el puerto de destino establecido. El formato proporcionado debe incluir la expresión “freight prepaid”, que indica que el flete ha sido pagado en origen.
Si bien, la opción que nos ocupa no establece como obligatoria la contratación de una póliza de seguro, ambas partes podrían decidir hacerlo. Una modalidad factible es que el vendedor contrate una cobertura hasta la entrega a bordo del buque. De allí en adelante, corresponderá al comprador contratar la póliza para el resto de las operaciones.
Ventajas y desventajas del coste y flete
Aunque el acuerdo de compra a coste y flete (CFR) no especifique ninguna de las excepciones que acabamos de explicar, asumirlo podría traer ventajas y desventajas tanto al vendedor como al comprador:
- Para el vendedor, la principal ventaja es que, como responsable de la organización y cobertura de los costes del transporte, este debe entenderse como un elemento del precio de venta. Esto permite añadir un margen de error y un margen de beneficio al valor CFR. Por el contrario, la desventaja más significativa es que tendrá que abonar el coste del flete antes de recibir el conocimiento de embarque y, claro está, antes de recibir el pago del cliente.
- En tanto que, para el comprador, lo más positivo es que no debe tramitar el transporte de la mercancía desde el lugar de origen, ni pagar depósitos a una naviera. Lo negativo sería tener que asumir los riesgos de deterioro y pérdida de la carga una vez estibada a bordo del buque. Para evitarlos, tendría que contratar un seguro adecuado, o bien una póliza anual.
Diferencia entre CFR y CIF
Líneas arriba, dejamos claro que al acogerse a la modalidad CFR, la contratación del seguro es opcional. Desde esta perspectiva, la única diferencia entre CFR y CIF (coste, seguro y flete) es que con la segunda, el vendedor debe obtener un seguro. Y este tendrá que ajustarse, al menos, al valor total mínimo de la mercancía, con el propósito de protegerse contra daños y destrucción.
Ahora bien, el CFR sería preferible antes que el CIF si el comprador puede adquirir un seguro mejor, más conveniente y accesible.
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