Es un elemento que vemos en los puertos, almacenes logísticos, comercios al por mayor y otros establecimientos, normalmente soportando una gran cantidad de productos encima. Para los más curiosos, parecerá increíble que una de estas piezas de madera pueda resistir tanto peso. Hablamos del palé, una estructura sencilla sobre la que disponemos una determinada cantidad de materias primas y mercancías para su transporte y almacenamiento. Su importancia es tal, que supone una pieza clave en muy diversas industrias manufactureras, almacenes, talleres y operadoras logísticas. En particular, porque facilitan el embalaje y traslado de productos y pueden soportar grandes pesos. Además, son fáciles de reparar y reciclar.

Ahora bien, ¿te has preguntado desde cuándo se usan palés? ¿Cuál es el origen de esta pieza tan modesta y sencilla que facilita el intercambio comercial en todo el mundo? Es la pregunta que trataremos de responder brevemente en las próximas líneas.

El palé de madera es más antiguo de lo que crees

Ciertamente, el palé de madera que conocemos actualmente viene utilizándose desde hace unos 100 años. Pero el precursor más antiguo de esta pieza son los trineos empleados en Egipto y Mesopotamia, aproximadamente, 2.500 años a.C

De acuerdo con hallazgos arqueológicos, durante el reinado del faraón Keops, los antiguos constructores egipcios utilizaron un sistema portentoso para transportar enormes bloques de alabastro desde lejanas canteras. El mismo consistía en una rampa central que contaba con escaleras en cada uno de sus lados. Estas disponían de agujeros para colocar unos postes verticales. Los bloques de piedra eran arrastrados por la rampa dispuesta sobre trineos de madera, empleando un sistema de cuerdas que utilizaba los postes verticales como puntos de apoyo o como poleas. Lo cierto es que esta tecnología permitía superar pendientes con un 20º de inclinación.

Un antecedente más reciente surgió a finales del siglo XIX. Nos referimos a los patines de madera que sirvieron como base de carga unitaria. Esta suerte de carretilla permitía mover materias primas y productos terminados en las fábricas.

La carretilla elevadora impulsó la configuración del palé actual

En efecto, la primera carretilla elevadora es de 1915 y, desde entonces, el palé, antes una plataforma o patinete de madera fue adaptándose a este antecesor del montacargas. Con el nombre de “plataforma de carretilla elevadora”, Howard T. Hallowell registró la que probablemente, fue la primera patente de un palé en 1925 en Estados Unidos.

Sin embargo, hacia la década de 1930, con los modelos más avanzados de carretillas elevadoras, los palés eran cada vez más utilizados. De hecho, George Raymond solicitó en 1938 una patente para un modelo nuevo de estas estructuras con un diseño más similar al actual.

El estancamiento de la Segunda Guerra Mundial

Por ser un invento reciente, el uso del palé no fue muy extendido a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Antes del conflicto, la producción de las estructuras que nos ocupan era escasa, dado que el equipamiento militar era más prioritario a nivel de presupuesto. Aunque hubo algunos avances en el sector privado, la producción de los palés era local y en cantidades muy bajas. Cabe destacar que las máquinas elevadoras eran escasas al inicio de la guerra y la construcción de las cunas de embalaje era muy deficiente. En consecuencia, el almacenamiento y la manipulación de mercancías eran ineficaces.

Conforme continuaba el conflicto, la Oficina del Intendente General de EE.UU. consideró pertinente el desarrollo de un sistema más eficiente para manipular la carga. Después de estudiar diversos materiales utilizados para estas operaciones en la industria, el entidad oficial concluyó que el binomio de las carretillas elevadoras y los palés era el más conveniente. Pero había un problema; las carretillas elevadoras estaban en la categoría de bienes de lujo, por lo que su producción no era prioritaria. De nada valió que la mencionada oficina se opusiera a tal clasificación. La escasez de carretillas elevadoras seguiría pesando, porque la mitad de estos vehículos eran fabricados en el extranjero en la década de los 40.

El uso del palé se generaliza en la postguerra

Cuando la Guerra terminó, gran parte de los desarrollos relacionados con los palés y la logística en general empezaron a implementarse de manera habitual. En 1945, Robert Braun presentó la patente para un palé de cuatro vías. Cuatro años después, Norman Cahners, un oficial de suministros de la Marina estadounidense, patentó un modelo de palé desechable. También en 1949, Darling Graeme describiría la estructura de un palé moderno de cuatro vías al completo.

Aun así, no sería sino hasta 1960 que quedaron establecidas las primeras normas europeas sobre dimensiones y calidad de estos dispositivos. Las mismas que conocemos, al día de hoy, como Europalet.

Ya no es solo de madera

Con el paso del tiempo, las investigaciones y las pruebas de materiales alternativos continuaron avanzando. Por esta razón, sus  posibilidades de uso se ampliaron al transporte y almacenamiento de diferentes tipos de productos. De allí que el palé ya no es fabricado solo con madera. Por igual, hay palés metálicos y plásticos en diversas formas, tamaños y estructuras posibles. En este sentido, las herramientas de diseño digital están permitiendo el desarrollo de propuestas innovadoras más diversas y con mayores utilidades.

El rol del palé en la cadena de suministro

Sin duda, el palé es un elemento fundamental de una unidad de carga. En el mismo momento, ayuda a proteger los productos, absorbe las tensiones del transporte, tiene capacidad para soportar pesos y aguanta los impactos de los montacargas y carretillas a lo largo de la cadena de suministro. Visto de este modo, es válido concluir que los palés son muy determinantes en el resultado de los envíos. Son en buena parte, la garantía de que los productos llegarán a su destino en las mismas condiciones que salieron de la fábrica o distribuidora. Los de mayor calidad admiten un mayor volumen de productos por envío. Igualmente, ayudan a disminuir la pérdida de productos por daños o contaminación y a evitar lesiones a los operarios originadas por envíos sobrecargados o desequilibrados. Por si fuera poco, también contribuye a reducir los costes por consumo de combustible de las unidades de transporte.

Como es de suponer, un producto tan necesario como el palé no escapa a la evolución del mercado. Por décadas, los transportistas han alternado la adquisición de estas piezas con la recuperación de los mismos. En la actualidad, también recurren a otras modalidades para gestionarlos como parte indispensable en el supply chain. Por ejemplo, optan por el leasing y el pool de palés, aunque muchos se decantan por le subcontratación total o parcial de sus operaciones con estas piezas mediante proveedores externos.

Europeos y americanos

Los palés más empleados a nivel global son los que cumplen los estándares estadounidenses y europeos (Europalet). Las dimensiones del palé americano son 120 x 100 cm y tiene un peso aproximado de 25 Kg. Su gran ventaja es que soporta cargas dinámicas de alrededor de 1.200 Kg. Esta capacidad lo convierte en el más utilizado para transportar sustancias líquidas. Mientras que el europeo mide 120 x 80 cm y su peso es similar al americano (25 Kg). Este palé puede soportar cargas de unos 1.000 Kg. Pero puede llegar a admitir hasta 4 toneladas si la carga es estática.

En Dársena 21 estamos familiarizados con el uso de palés

Durante 30 años de trayectoria en el sector logístico, el uso y gestión de palés en Dársena 21 han sido actividades diarias y constantes. Estos elementos forman parte de nuestras operaciones de almacenamiento y carga de mercancías en los transportes que llevarán los productos que nos confían a su destino.

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