La necesidad de comprar desde casa debido a las medidas de distancia social ha hecho disparar la adquisición de productos a través del comercio electrónico y con ello, la necesidad de aumentar la capacidad operativa dedicada al ecommerce.

Logística como activo empresarial

La situación de pandemia ha hecho que la logística se vuelva un activo refugio. Esto quiere decir que su valor no ha decrecido, si no que ha aumentado, a pesar de la crisis.

Para entender esto basta señalar que los espacios dedicados a suelo logístico presentan una ocupación cercana al 95% en la última milla de las principales ciudades. Unamos este dato a que España cuenta con una población localizada en grandes núcleos de población cercana al 80% del total del país. Estos factores se combinan para favorecer un perfecto caldo de cultivo para la proliferación del comercio online y su reparto efectivo en la conocida como “última milla” o “milla de oro”.

Inversión continua

En el año 2020 la zona del centro del país obtuvo una dedicación de 653.000 metros cuadrados, un 51% más respecto al mismo periodo del año anterior. Según knightfrank, sólo durante los tres primeros meses de 2020 en Madrid se registró una absorción cercana a los 120.000 m², un 18% más que en el mismo periodo de 2019.

Esto no es nuevo. La inversión en logística ha ido creciendo año tras año, incluso antes de la pandemia. Lo que sucede es que, con el auge del comercio electrónico empujado por esta nueva normalidad, se ha disparado aún más la necesidad de suelo logístico y con ella han empezado nuevas construcciones dedicadas a esta actividad. El comercio electrónico ha experimentado, en el último año, un aumento similar al que hubiera tenido en una década en condiciones normales, en cuanto al índice de penetración y absorción de metros cuadrados dedicados a la logística.

En los grandes núcleos de población, los espacios dedicados a suelo logístico presentan una ocupación cercana al 95% en la última milla

El futuro de la logística del ecommerce

Y, si bien, una parte de los consumidores del comercio electrónico volverán a sus hábitos de consumo una vez pasada la parte más dura de la pandemia, el aumento de la demanda online de productos ha venido para quedarse y se perpetuará en el futuro con un crecimiento continuo.

Estos dos factores, comercio electrónico y concentración de población en ciudades hacen que el futuro de la logística pase obligatoriamente por soluciones de movilidad sostenible en las que serán necesarios vehículos eléctricos que puedan desplazarse con cierta comodidad por los núcleos urbanos sin generar un impacto negativo en el medioambiente. En este sentido, soluciones con una gran capacidad de capilaridad en los puntos de entrega deberán observarse con detenimiento.

Los puntos de recogida y entrega de mercancías dentro de locales comerciales pasarán a formar parte de la cadena de distribución de muchas compañías ya que este modelo posibilitará una reducción de costes y una mayor facilidad operativa para la recogida de las devoluciones de productos (logística inversa).

Asomándonos un poco más en el medio plazo podemos intuir otro tipo de soluciones en la misma línea, por ahora más complicadas, aunque ya realizables. Estas soluciones pasan por los campos de la robótica y la inteligencia artificial como el reparto de mercancía por drones, naves logísticas integradas al 100% con Big Data y el llamado Internet of Things (IoT) que permiten procesos automatizados completos en naves logísticas cada vez más especializadas.